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Poemas Inolvidables

Rubaiyat, Omar Khayyam (Persia)

RUBAIYAT

I
Todos saben que jamás murmuré una oración.
Todos saben también que jamás traté de disimular mis defectos.
Ignoro si existen una Justicia y una Misericordia.
Si las hay, estoy en paz, porque siempre fui sincero.
II
¿Qué vale más? ¿examinar nuestra conciencia sentados en una taberna
o posternarnos en una mezquita con el alma ausente?
No me preocupa saber si tenemos un Dios ni el destino que nos reserva.
III
Sé compasivo con los bebedores. No olvides que tú tienes otros defectos.
Si quieres alcanzar la paz y la serenidad,
piensa en los desheredados de la vida y en los pobres que viven en el infortunio.
Entonces te sentirás feliz.
IV
Procede en forma tal que tu prójimo no se sienta humillado con tu sabiduría.
Domínate, domínate. Jamás te abandones a la ira.
Si quieres conquistar la paz definitiva,
sonríe al Destino que se ensaña contigo y nunca te ensañes con nadie.
V
Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy.
Toma un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna
y bebe pensando en que mañana
quizá la luna te busque inútilmente.
VI
De cuando en cuando los hombres leen el Corán, el libro por excelencia,
¿Pero quién es el que a diario se deleita con su lectura?
En el borde de todos los cálices colmados de vino,
triunfa cincelada una secreta verdad que debemos saborear.
XI
Toda mi juventud retoña hoy.¡Sírveme vino!
No importa cuál...¡No soy exigente!
En verdad, al mejor lo encontraré
tan amargo como la vida.
XVIII
¿Insistiré aún en colmar de piedras el Océano?
Solo desprecio siento por los libertinos y los devotos. Khayyám:
¿Quién puede afirmarte que irás al Cielo o al Infierno? Ante todo: ¿Qué entenderemos por tales palabras?
¿Conoces a alguien que haya visitado estas regiones misteriosas?
XX
Fugaces son nuestros días y huyen
como el agua de los ríos y los vientos del desierto.
Empero, dos días me dejan indiferentes:
El que ayer murió y el que mañana no ha nacido.
XXI
¿Cuándo nací?¿Cuándo moriré?
Nadie recuerda el día de su nacimiento ni es capaz de prever el de su muerte.
¡Ven dócil bienamada!
Quiero olvidar en la embriaguez el dolor de nuestra ignorancia.
XXV
Suelo ir a sentarme en primavera, a la riba de un campo florecido.
Cuando una esbelta doncella me ofrece su cáliz de vino,
no pienso para nada en mi salud.
En verdad, valdría menos que un perro si tuviese tan grosera preocupación.
XXVI
El mundo inabarcable: Un grano de polvo en el espacio.
Toda la ciencia del hombre: Las palabras.
Los pueblos, las bestias y las flores de siete climas son sombras.
El Fruto de tu constante meditación es la Nada
XXX
Me dijo el corazón: " Quiero conocer, quiero aprender.
¡Instrúyeme tú Khayyám, que tanto has estudiado!"
Al pronunciar la primera letra del alfabeto, me replicó el corazón:
"Ahora ya sé, Uno es la primera cifra del número que nunca tiene fin.
XXXI
Nadie puede comprender lo inefable.
Nadie es capaz de ver lo que se oculta detrás de lo aparente.
Todas nuestras moradas son provisionales, salvo la última:
La morada de la tierra.¡Bebe vino! ¡Basta de inútiles palabras!
XXXII
La vida no es mas que un juego monótono
en el que con certeza encontrarás dos premios:
El dolor y la muerte. ¡Feliz el niño que murió al poco de nacer!
¡Más feliz aún aquel que no tocó el mundo!
LIV
Un jardín, una cimbreante doncella, un cántaro de vino,
mi deseo y mi amargura:
He aquí mi Paraíso y mi Infierno.
Pero ¿ quién ha recorrido el Cielo o el Infierno?
LVII
Escucha lo que la sabiduría te repite día tras día:
La vida es breve.
En nada eres semejante a las plantas
que retoñan luego de podadas.
LIX
Mi nacimiento no trajo ningún bien al mundo.
Mi muerte no disminuirá ni su esplendor ni su grandeza.
Nadie pudo jamás explicarme para qué he venido,
ni por qué he venido ni por qué me iré.
LX
Caeremos en el camino del Amor y el Destino nos aplastará.
¡Oh doncella, oh mi cáliz encantado,
levántate y dame tus labios
antes de que llegue el fin y me convierta en polvo!
LXVII
No tengo miedo a la muerte.
Prefiero este hecho ineluctable al que me impusieron el día que nací.
¿Qué es la vida?
Un bien que yo no elegí y que devolveré con indiferencia.
LXIX
Escucho decir que los amantes del vino serán condenados.
No existen verdades comprobadas, pero hay mentiras evidentes.
Si quienes aman el vino y el amor van al Infierno,
vacío tiene que estar el Paraíso.
LXXII
Un poco de pan, un poco de agua fresca
La sombra de un árbol y tus ojos.
Ningún sultán más feliz que yo.
Ningún mendigo más triste que yo.
LXXIII
¿Por qué tanta delicadeza, tanta ternura al comienzo de nuestro amor?
¿Por qué tantos cariños, tantas delicias después?
y por que hoy tu único placer es desgarrar mi corazón
¿ Por qué?
LXXVI
Se habla de un Creador , que creó a los seres para destruirlos
¿Por qué los feos? ¿Por qué los hermosos?
¿Quién es el responsable de estas diferencias?
No sé nada, no comprendo nada...
LXXX
Tal aroma de vino emanará de mi tumba
que los transeúntes se embriagarán.
Tal serenidad rodeará mi fosa,
que los amantes no se podrán alejar.
XCVI
No te olvides de recoger todos los frutos de la vida.
Corre a todos los festines
y elige los cálices más grandes.
Dios no lleva cuenta de nuestros vicios y virtudes.
CXIII
En una taberna pedí a un anciano discreto
noticias de los que se fueron:
"No volverán. Es todo lo que sé.
¡Bebe vino!" -me respondió.
CXXII
Bebo vino como la raíz del sauce bebe el agua cristalina del arroyo.
Solo Dios es Dios y Dios todo lo sabe-¿eso dices?-
Cuando me creó, sabía que bebería vino.
Si me negara a beber, la ciencia de Dios fracasaría.
CXXVIII
Cierra tu Corán. Piensa en libertad y encara sin miedo el cielo y la tierra.
Al pobre que pasa, entrégale la mitad de lo que posees.
Perdona a todos los culpables.
No entristezcas a nadie y escóndete cuando sientas deseo de sonreír.
CXLVII
Cuando te tambalees bajo el peso del dolor, y cuando agotes el manantial del llanto,
piensa en las silvestres yerbas que la lluvia como espejo bruñe.
Cuando te exaspere el resplandor del día, y cuando anheles que una noche eterna se abata sobre el mundo,
piensa en el despertar de un niño.
CLIII
Visto que nuestra suerte es sufrir para después morir
¿anhelaremos que nuestro mísero cuerpo vuelva de prisa a la tierra?
¿Y el alma, que Dios espera para juzgarla según sus méritos?- preguntaréis-.
Os contestaré cuando reciba noticias de alguien que torne del otro mundo.
CLXII
Sólo te fijas en las apariencias de los seres y las cosas.
Tienes idea de tu ignorancia, pero te niegas a renunciar al amor.
Recuerda Dios creó el amor,
lo mismo que creó ciertas plantas venenosas.
CLXIV
Infeliz ; nunca sabrás nada.
Jamás resolverás ni uno solo de los misterios que nos rodean.
Desde que las religiones te prometen el Paraíso.
Intenta crearte uno en la tierra; porque el otro quizá no exista.
CLXIX
Silencio ¡Oh mi dolor!
Déjame buscar un consuelo.
Es necesario que viva. Los muertos no tienen memoria.
Y yo anhelo volver a ver sin cesar a mi bienamada.
CLXX
Laúdes, cálices y perfumes, bucles y ojos color de almendra ,
juguetes que el tiempo pudre ; juguetes.
Austeridad, labor y meditación, soledad, oración y renunciamiento
Cenizas que el tiempo disemina. Cenizas

3 comentarios

raul poemas -

Tus poemas

fco garcia hdez -

era alcoholico pero nunca e dejado de cer cristiano e cuestionado mi fe este gigante arabe encarnacion de vaco me persuadia pero cada que las crudas me mataban despues de beber por muchos dias con delirios de todos tipos y crudas inefables me encomendaba a dios por medio de jesucrito atrabes de la oracion y mi fe resurgia con mas fuerza que la que habia perdido cuando bebi asi pasaron 30 años y noce cuantas borracheras gracias padre mio dios santisimo tu saves que me isiste mas amante tuyo que del vino

betoilhhfx -

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